El cultivo  de la acelga (Beta  vulgaris) en España, está concentrado de forma relevante en las  provincias de Barcelona, Murcia, Valencia, Badajoz, Málaga, Cádiz,  Madrid y Zaragoza. Eso no quiere decir que no se cultive en otras  provincias, pero sí en mucha menos cantidad.
Para su cultivo debemos de tener en cuenta una  serie de factores para asegurarnos una buena cosecha. La preparación del  terreno es muy importante y para ello se dará una labor profunda al  suelo y abonará con un aporte de estiércol y el abonado de fondo. La acelga necesita  suelos de consistencia media y vegeta mejor cuando la textura tiende a  ser arcillosa, que cuando es arenosa. Requiere suelos profundos,  permeables, con gran poder de absorción y ricos en materia orgánica en  estado de humificación.
Soporta muy  bien la salinidad del suelo, resistiendo bien a cloruros y sulfatos,  pero no tanto al carbonato sódico. Requiere suelos algo alcalinos, con  un pH óptimo de 7,2, vegetando en buenas condiciones en los comprendidos  entre 5,5 y 8. No tolera los suelos ácidos.
Si pretendemos recolectar  la acelga por corte de hojas, se cultivará en caballones, con  una separación entre sí de 40 a 50 centímetros. Y si pretendemos  recolectarlas como plantas  enteras, es más interesante hacerlo en eras con unas dimensiones de  metro y medio por unos cinco de longitud, dejando pasillos para  facilitar la recolección en el sentido longitudinal.






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